lunes, 15 de octubre de 2012

Saltar al vacío

- Tú... Despierta... Despierta... ¡¡Despierta!!

Abrí los ojos sobresaltado, como cuando despiertas de una mala pesadilla bruscamente. No sabía dónde me encontraba, todo era muy raro, había mucha vegetación, margaritas gigantes adornaban el paisaje en diversos puntos de aquel panorama, el sol brillaba y el cielo estaba despejado, supongo que sería sobre las 10:30 de la mañana o así de un día primaveral. No hacía ni frío ni calor, la temperatura era idónea y la verdad es que daban ganas de seguir durmiendo en aquel lugar. Luego analicé aquel extraño lugar con margaritas más grandes que yo y diversos animalitos, algunos normales, otros más grandes de lo normal.

- ¡Oye, tú!

Busqué el origen de aquella voz tan peculiar, pero no encontré nada.

- Aquí arriba desgraciado.

Alcé la mirada y allí estaba, sobre una de esas margaritas gigantescas, pero... ¿Qué era esa cosa que me hablaba? Me mantuve expectante con la mirada fija hacia aquella cosa.

- Qué pasa, ¿nunca has visto un ñu?

Efectivamente, era un ñu. Y estaba fumando. Parecía un porro.

- ¿Estoy soñando? - Pregunté un tanto extrañado -
- No lo sé, tú sabrás.
- ¿Quién eres?
- Podría decirse que alguien que vaga por tu mente. Considérame como un consejero.
- ¿Eres mi conciencia?
- ¿Tengo pintas de ser un grillo y de llamarme Pepito?
- La verdad es que no.
- Pues no hables más.

Hubo un pequeño silencio. Luego me atreví a preguntar.

- ¿Por qué me llamabas? ¿Qué querías?
- Mmmm... - Me miró con algo de recochineo. -
- ¿?
- Mira chaval, sé cómo eres, eres un buen tipo, tienes tus tonterías pero eres buena persona. Me caes bien y por ello quiero ayudarte.
- ¿A qué te refieres?
- Tan sólo escucha lo que voy a decirte. Sólo es un consejo, puedes tomarlo o ignorarlo, pero te habla la voz de la experiencia.
- Bueno, pues desenfunda.

Volvió a mirarme con algo de recochineo.

- Sé lo que quieres, cuáles son tus sueños, lo que para ti puede resultar maravilloso. Y quería decirte que no debes rendirte nunca. Si tienes un sueño debes cumplirlo como sea, sobretodo si sólo depende de ti mismo. Eso sí, no hay que pasarse de listo, pues como bien sabrás no siempre podrás cumplir esto, bien por ti, bien por otras personas, bien por la circunstancia en sí. Por ello, te invito a que dejes de pensar cosas raras y, si realmente crees que llegarás a ser feliz plenamente de algún modo, busques esa razón y te la ganes merecidamente.
- Pero... Si yo ya soy feliz...
- Pero podrías serlo más, ¿me equivoco?
- ... - Sinceramente, no sabía qué responder. -
- Lo que debes tener en cuenta también es que no por el hecho de buscarlo o merecerlo obligatoriamente vayas a encontrarlo. Ya sé que es un fastidio, pero... Quien no arriesga no gana, ¿cierto?
- ... ¿Y qué se supone que debo hacer? ¿Cómo lo hago?
- Confía en tus posibilidades y en las que te ofrezca el momento, con fuerza de voluntad y constancia lo mismo consigues tus propósitos.
- ¿Qué propósitos?
- Eso deberías saberlo tú mismo.
- ...
- Mira en tu interior, escucha qué te dice, qué es lo que quiere. Cuando lo hagas, actúa por instinto propio.
- Pero... ¿Qué pasará si lo que yo me proponga sale mal?
- Nunca lo sabrás si no lo intentas. Y ahora, vete. ¡¡Desaparece!!

Volví a despertar sobresaltado, esta vez en la calle, con amigos y amigas. Parecía que me hubiera quedado embobado en medio de la calle.
De repente X se me acercó y me preguntó.

- ¿Estás bien? ¿Te pasa algo?
- Eh... Sí sí, no te preocupes, sólo me quedé en mi mundo por unos instantes jajaja - sonreí con la mayor naturalidad posible -
- Bueno, si tú lo dices...

Aparté la vista con disimulo, y vi algo que no me hizo mucha gracia. Tuve algo así como una visión del futuro y no resultaba agradable para mi persona.

¿Qué debía hacer? ¿Qué pasaría si no hiciera nada? ¿Qué pasaría si intentase hacer cualquier cosa? ¿Mejoraría o empeoraría mi vida? Estaba confuso, por un lado creía que podría salir bien, pero por otra parte la experiencia me ayudó a desconfiar de toda buena posibilidad. Realmente, en aquel momento sólo tenía una cosa en mente y tenía la certeza de que era inalcanzable dadas las circunstancias.

O tal vez no...

¡¡¡ARGGH!!!

Desperté, esta vez en la cama. ¿Acaso todo había sido un sueño?
Me pregunto si aquel consejero realmente forma parte de mi ser e intentó ayudarme.

Bueno... Supongo que... No sé. Por lo pronto me limitaré a seguir como estoy, ya pensaré en algo.

---

Actuar o no actuar, seguir o no seguir tu instinto, ¿qué se supone que debería ser lo correcto?
¿Y tú? ¿Qué harías?