lunes, 20 de febrero de 2012

Sueño experimental

Dicen que cuando una persona ama a alguien, podría soportar cualquier tormento o hacer cualquier cosa por ella.
Durante bastante tiempo he vagado por senderos oscuros donde era fácil perderse, de hecho me perdí en multitud de ocasiones, tanto es así que hubo momentos en los que temía que nunca saldría de aquel laberinto... Pero me dije a mí mismo "si he conseguido llegar hasta aquí, con esfuerzo podré salir". Así que proseguí en mi viaje sin rumbo fijo, perdido, con el objetivo de salir de aquella penumbra cuanto antes. He de reconocer que durante gran parte del trayecto pasé miedo, mucho miedo, hasta que pareció llegar el final.
Cuando me di cuenta, me encontraba rodeado de unos seres extraños, con pintas de no ser muy amigables, unas criaturas horripilantes, las cuales no tengo ni idea de qué buscaban, pero una cosa estaba clara: Mi viaje acababa ahí.
Entonces se abalanzaron sobre mí. Aproveché la oportunidad de escapar cuando uno de los integrantes se tropezó con una gran raíz de un árbol, mientras los demás me perseguían.
Sabía que estaba perdido. Yo estaba solo, y ellos eran muchos, estaba en su terreno, en cualquier momento podría no soportar el seguir corriendo y entonces me alcanzarían.
Pero cuando obtuve el valor para mirar atrás me sorprendí.
Ya no me seguían.
De hecho, cerca de aquel lugar conseguí divisar un haz de luz que me daba a entender que por fin sería libre, que por fin podría volver a casa. Me aproximé a la salida, cuando noté la presencia de alguien, así que me giré y vi cómo esos seres que me seguían estaban allí, perplejos, mirando con curiosidad.
Me habían ayudado a salir de allí.
Opté por sonreír, saludar y proseguir mi camino, mi camino a donde me corresponde, aquel lugar donde volvería a ser feliz, sin riesgos, sin temor y sobre todo acompañado, puesto que cuando parecía que todo estaba perdido, mi ángel de la guarda me salvó.
Por fin, todo ha vuelto a la normalidad.

No hay comentarios: