viernes, 13 de abril de 2012

Deseo fugaz

Imagina por un momento que todo se vuelve mágico, que durante ese rato te sientes libre, como si estuvieras en las nubes.
Imagina que fuera tal el agrado que no cambiarías dicha situación por nada del mundo, que sería todo un privilegio vivir más a menudo esa sensación, esa pureza, esa suerte por ser tú el experimento de tal maravilla y nadie más.
Imagina que pudieras vivir esa sensación, ese sentimiento, cuando tú quisieras, sin necesidad de hacer nada fuera de lo común para conseguirlo.
Imagina que ese hechizo depende de un único elemento que provoca ese aura angelical, que no necesitas más que eso para ser plenamente feliz.
¿Eres capaz de recordar alguna situación similar que hayas vivido?
En ese caso, ¿no lo añoras?
¿No te gustaría volver a experimentar esas sensaciones?
¿Volver a saciar las ganas de sentirte único con tal maravilla?
Muchas veces conseguimos algo que nos apasiona hasta que nos cansamos de ello y deja de mostrar interés para nosotros, como si fuera un juguete, pero... aún así, nunca querrías deshacerte de ese elemento, ¿verdad?
Nadie quiere perder algo con lo que en su día vivió increíbles momentos.
Pero eso no quiere decir que no ocurra que un día despiertes y te percates de que ese "algo" ya no está, bien porque se haya perdido por algún sitio, bien porque alguien lo haya tirado o bien porque lo hayan robado.
Un consejo: Si algo te hizo feliz y quieres conservarlo, cuídalo bien, y si realmente quieres volver a sentirte como antes, dedícale algo de tiempo y no lo abandones nunca, porque la probabilidad de ver una estrella fugaz, pedir un deseo y que además se cumpla son casi nulas, y si has vivido algo así sin duda la suerte está de tu parte.
Por ello, mi consejo es que lo cuides lo mejor posible, aunque claro, cada uno es libre de actuar como cree oportuno...
Yo por mi parte, si dependiera de mí, no lo abandonaría nunca.

1 comentario:

María (LadyLuna) dijo...

Qué bonito, Mr. Potato.
Eres como una estrella fugaz que pasa por el mundo creando sueños e ilusiones, esperanzas, incluso.
Hay quienes gritan ¡querría una para mí! sin embargo no saben en realidad el valor de esa luz y al poco se olvidan.
Hay quienes callan, pensando que esa estrella que pasa veloz no les pertenece.
Hay quienes se imaginan tocando esa estrella fugaz, que la desean, la inventan con poemas al caer la noche... y un día, sin esperarlo, consiguen una estrella fugaz que se vuelve constante en sus vidas e iluminan su camino para siempre.
Te deseo lo mejor del mundo estelar que nos rodea, porque lo mereces.
Y te quiero.