miércoles, 23 de mayo de 2012

Nada es imposible

Cuenta la leyenda que hubo una vez un espantapájaros solitario que ansiaba poder cumplir sus sueños como los de cualquier persona. Una persona normal, con cierto esfuerzo y algo de suerte, podía hacer sus sueños realidad en multitud de ocasiones, pero claro, ¿qué iba a conseguir un espantapájaros?
Una vez una pareja de cuervos se posó en sus rígidos brazos, y entonces se percataron de que nuestro protagonista tenía algo especial, algo distinto al resto de espantapájaros que había por los alrededores. Uno de ellos, no pudo contenerse.

- ¡Eh, tú!
+ ...
- No te hagas el tonto, sé que nos estás escuchando.

El espantapájaros alzó la mirada en dirección donde procedían las palabras del cuervo.

- No eres como los demás espantapájaros, ¿verdad?
+ No lo sé.
- ¿Cómo que no lo sabes? Pero si son vecinos tuyos.
+ Nunca me muevo de aquí...
- ¿Y eso por qué? -preguntó extrañado el cuervo-
+ Porque no puedo, ¿no lo ves?

El cuervo enmudeció por un instante.

- Vaya, lo siento...
+ No te preocupes...
- Te noto apagado, ¿qué te ocurre?
+ Nada...
- Puedes confiar en nosotros, de verdad -se animó el segundo cuervo-
+ ...
- ¿Y bien?
+ Nunca he salido de aquí...

Ambos cuervos se mantuvieron expectantes.

+ Nunca me he movido de este sitio -prosiguió-, y cada día que pasa veo tantas cosas en movimiento... Los pájaros, los insectos, mis dueños, las nubes, el sol, la luna...

Ninguno de los cuervos supo qué contestar.

+ ... Me encantaría poder volar... explorar nuevas tierras... salir de este agujero que me tiene atrapado... ¿Acaso no sería maravilloso poder ser libre como un ave en pleno vuelo y observar las bellezas de este mundo?

Ambos cuervos se miraron el uno al otro. Después, hubo silencio.

- Está bien, nosotros te ayudaremos.
+ ¿Qué? Eso es imposible.
- Nada es imposible, amigo.

Entonces, ambos pájaros comenzaron a aletear como nunca lo habían hecho mientras con sus patas sujetaban al espantapájaros.

+ Es imposible, dejadlo por favor... -susurró nuestro protagonista-

Y entonces ocurrió lo inesperado.


Con esfuerzo consiguieron arrancar el vuelo junto a el espantapájaros. No podían creerlo, ninguno de los tres, pero lo habían conseguido. El espantapájaros estaba volando. Era libre. Pudo sentir la brisa fresca de los cielos,  pudo ver las maravillas que esconde nuestro planeta como los animales corriendo por el campo, la sana vegetación, los otros pájaros que iban contribuyendo en ayudar al pobre saco de paja para cumplir su sueño.
Nunca fue tan feliz en su vida, y estuvo eternamente agradecido.

¿No sería maravilloso que todos pudiéramos cumplir nuestros sueños? ¿Y qué tal si son otras personas las que aparecen y te ayudan a cumplirlos? ¿Acaso no sería genial que todo el mundo pudiera vivir feliz?
En ocasiones las personas tenemos que esperar mucho tiempo para poder cumplir con nuestras expectativas, a veces demasiado tiempo, tanto que nos auto-concienciamos de que es algo imposible.
Ojalá todas las buenas personas de este mundo pudieran sentirse como este espantapájaros en sus malos momentos para poder transformarse y ser felices.
Ojalá...

1 comentario:

Anónimo dijo...

...Sublime, como siempre.

No sé si sabes que en esta historia, tú has sido mil veces el cuervo. Una vez por cada persona que te has esforzado al máximo en ayudar, apoyar, consolar, aconsejar, soportar, cumplir su sueño, una por cada espantapájaros que has ido encontrando y te has parado siempre a ayudar, jamás has pasado de largo. Porque tienes un alma buena y eres un cielo, solo por eso ya te mereces con creces que, si alguna vez te toca ser el espantapájaros, MILLONES de cuervos vengan en tu ayuda y te eleven más alto de lo que puedas soñar... Yo sería encantada una de ellos, y conozco a tantos otros que también lo serían. Así que si algo va mal, si ves lejanos tus sueños, si te sientes pequeñito, recuerda por favor que tienes MUCHOS cuervos alrededor, y que si nos necesitas... sólo tienes que llamarnos.

Fdo.: una personita que te quiere mucho :)